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A Carmen Bárcena le entusiasma su faceta de pintora. Se la intuye en su obra resuelta y cómoda, plenamente apasionada e inmersa en sus creaciones. Es una artista completa, que disfruta investigando en la materia, indagando en sus recursos y posibilidades. Su obra es altamente sugestiva, su pintura rezuma lirismo. Sus preferencias cromáticas son claras, y notorias en el transcurrir de sus obras. Sin duda, uno de los colores que mejor la inspira es la presencia del azul en sus frescos, en toda su riqueza tonal y los cálidos en sus sedas. Pero los resultados que logra son, al margen de la paradoja, de una calidez incuestionable. A ello contribuye igualmente, la textura siempre densa, pero a la par ligera de su impronta, así como los temas elegidos, variados, pero siempre cercanos